El economista y profesor de la Universidad Finis Terrae Javier Fuenzalida, escribió recientemente un artículo refiriéndose al momento económico que atraviesa el País y sus causas, tema que ha motivado una enconada discusión pública para saber si estamos ad portas de un proceso inflacionario y recesivo. A continuación el citado artículo:
“El conejo, en Chile hay un tipo especial de Conejo, cuya carne es sabrosísima y que en país se come muy poco” (“El Mercurio”12-02-1972). Así Allende proponía a los chilenos resolver el desabastecimiento y carestía de alimentos. Desenchufen la radio y el televisor aconsejó Andrés Velasco en Peñalonen, para hacer rendir más los pesos frente a la precaria situación actual. Ambos políticos responsables por un exceso de gastos fiscales.
Así no se hace.
La “estagflación” presente (crecimiento de 3.5 %, desocupación subiendo al 8 % e inflación llegando al 10 %) es culpa del ministro de Hacienda y del Banco Central. Uno, por excederse en el gasto público y el otro por no actuar a tiempo. El ministro, cual Pedro Urdemales, sostiene que el gasto se encuadra dentro del superávit estructural ocultando que, mediante el traspaso de ingresos a fondos especiales que son rápidamente agotados, aumenta tal gasto. Es el caso del aporte al fondo para estabilizar el precio de los combustibles en uso y el préstamo a un ente legalmente inexistente como es el Transantiago y el consiguiente crédito compensatorio a las regiones. No sabemos cuantos otros aportes “tipo gasto” están en ejecución. Ante la excesiva expansión fiscal, al Banco Central no le ha quedado otra alternativa que una contracción monetaria (alza en la tasa de interés). Lamentablemente, actuó y sigue actuando tardíamente.
Velasco y el Central se escudan en la situación internacional, ya que la sequía terminó y la energía dejó de ser crisis para este año. Los precios detectados por el INE muestran alzas y bajas. Hay un cambio en precios relativos dentro de la inflación. Por otra parte, las cifras del Fondo Monetario indican que la inflación en el mundo se mantiene estable desde el 2004 y que en el 2008 subiría solo algunas décimas. Afirmar que sufrimos de una inflación importada es un volador de luces para ocultar el desencuentro gobierno-Banco Central y hacerse los inocentes. Ya ocurrió en el pasado entre Massad y Aninat.
Más que recesión internacional lo que está ocurriendo es un menor crecimiento, pero que no nos ha afectado. La balanza de pagos y la cuenta corriente a Junio continúan registrando superávit no solo por el cobre sino también por otras exportaciones.
“El conejo, en Chile hay un tipo especial de Conejo, cuya carne es sabrosísima y que en país se come muy poco” (“El Mercurio”12-02-1972). Así Allende proponía a los chilenos resolver el desabastecimiento y carestía de alimentos. Desenchufen la radio y el televisor aconsejó Andrés Velasco en Peñalonen, para hacer rendir más los pesos frente a la precaria situación actual. Ambos políticos responsables por un exceso de gastos fiscales.
Así no se hace.
La “estagflación” presente (crecimiento de 3.5 %, desocupación subiendo al 8 % e inflación llegando al 10 %) es culpa del ministro de Hacienda y del Banco Central. Uno, por excederse en el gasto público y el otro por no actuar a tiempo. El ministro, cual Pedro Urdemales, sostiene que el gasto se encuadra dentro del superávit estructural ocultando que, mediante el traspaso de ingresos a fondos especiales que son rápidamente agotados, aumenta tal gasto. Es el caso del aporte al fondo para estabilizar el precio de los combustibles en uso y el préstamo a un ente legalmente inexistente como es el Transantiago y el consiguiente crédito compensatorio a las regiones. No sabemos cuantos otros aportes “tipo gasto” están en ejecución. Ante la excesiva expansión fiscal, al Banco Central no le ha quedado otra alternativa que una contracción monetaria (alza en la tasa de interés). Lamentablemente, actuó y sigue actuando tardíamente.
Velasco y el Central se escudan en la situación internacional, ya que la sequía terminó y la energía dejó de ser crisis para este año. Los precios detectados por el INE muestran alzas y bajas. Hay un cambio en precios relativos dentro de la inflación. Por otra parte, las cifras del Fondo Monetario indican que la inflación en el mundo se mantiene estable desde el 2004 y que en el 2008 subiría solo algunas décimas. Afirmar que sufrimos de una inflación importada es un volador de luces para ocultar el desencuentro gobierno-Banco Central y hacerse los inocentes. Ya ocurrió en el pasado entre Massad y Aninat.
Más que recesión internacional lo que está ocurriendo es un menor crecimiento, pero que no nos ha afectado. La balanza de pagos y la cuenta corriente a Junio continúan registrando superávit no solo por el cobre sino también por otras exportaciones.
El descrédito del fisco y del Central causa expectativas inflacionarias y recesivas. Las expectativas negativas nacen siempre de malas políticas. No se auto alimentan. El Banco Central perdió la amplia credibilidad ganada cuando diseñó su exitosa política de metas de inflación decreciente. Cuando se produjo el cambio en la presidencia manifesté mis dudas en cuanto a la independencia del nuevo presidente por estar políticamente demasiado comprometido con la Concertación: condescendiente con Velasco y débil en la política monetaria. Espero que no nos digan ahora que debemos sacar las ampolletas para ajustarnos el cinturón frente al estancamiento con inflación