Si Ud. camina por los barrios de cualquier ciudad del país verá ese
‘iceberg’: son los miles de tragamonedas que están instalados en el comercio.
Incluso en su caminata podrá encontrar salas de dedicación exclusiva a los
tragamonedas; se sorprenderá al ver verdaderos casinos de juegos con decenas de
máquinas tragamonedas.
Todo empezó con los ‘flippers’ (lo que en inglés llaman ‘pinball machines’), esas máquinas en que se competía por alcanzar una alta puntuación, evitando que una bola de acero se escurriera entre dos aletas en la parte baja de la máquina. Para hacerlo había que tener destreza. Pues bien, de los ‘flippers’ se pasó a los tragamonedas. Ahí el tema cambió -ya no se trata de tener una destreza, sino que de tener suerte-, entra a jugar el azar. En los tragamonedas que se encuentran en el comercio, uno ve imitaciones baratas de las máquinas de juegos de los casinos. Por $ 100 Ud. juega.
Todo empezó con los ‘flippers’ (lo que en inglés llaman ‘pinball machines’), esas máquinas en que se competía por alcanzar una alta puntuación, evitando que una bola de acero se escurriera entre dos aletas en la parte baja de la máquina. Para hacerlo había que tener destreza. Pues bien, de los ‘flippers’ se pasó a los tragamonedas. Ahí el tema cambió -ya no se trata de tener una destreza, sino que de tener suerte-, entra a jugar el azar. En los tragamonedas que se encuentran en el comercio, uno ve imitaciones baratas de las máquinas de juegos de los casinos. Por $ 100 Ud. juega.