miércoles, marzo 01, 2006

La esencia de los Impuestos... El bienestar Ciudadano



Bien vale la continuación del comentario anterior efectuado para explicar la existencia de los impuestos en un Estado democrático, y de cual debiera ser, a juicio de H. Büchi, el camino correcto en éste tema.
La esencia de un impuesto es el bienestar ciudadano, y no el ingreso fiscal por sí mismo. De hecho, la mayor recaudación se explica por el crecimiento económico, la legitimidad y la utilidad con que el ciudadano percibe al impuesto. La búsqueda de la legitimidad para recaudar está en los orígenes de la democracia, ya que los impuestos los aprobaban los que pagaban. En la política moderna ello se ha distorsionado y se evita que los ciudadanos sepan cuánto pagan, cómo pagan y para qué pagan. Sin embargo, la revolución tecnológica actual presenta una disyuntiva: puede usarse con fines totalitarios brindando información detallada de lo que hacen y tienen los ciudadanos, o alternativamente para privilegiar la privacidad y obligar a que el estado deba convencer a sus votantes para recaudar. Me inclino por la segunda opción, ya que la primera nos convertiría en objeto de control permanente por la supuesta loable razón de recaudar más. El camino correcto, anatema para fiscalistas y estatistas, es mayor competencia en la recaudación y el gasto para que los impuestos pagados estén relacionados con servicios recibidos, tal como sucede, por lo demás, con la competencia empresarial. No es cierto que se concluya en recaudación cero, como tampoco se llega a precio cero. Por el contrario, se iniciaría una dinámica de baja de costos y diferenciación de servicios entre gobiernos más responsables que beneficiarían al ciudadano. La discriminación se vería limitada, aunque sería posible, dado el monopolio de la cultura y la localización. Esto resulta si las instituciones se diseñan bien y se evita socorrer a unidades políticas irresponsables. ¿No pagaría más convencido sus contribuciones si mejorara la seguridad y limpieza de su municipio? ¿No le gustaría tener un contrato impositivo de largo plazo con su comuna antes de comprar su casa en la localidad elegida? Esta visión requiere cambios y tiempo, pero es factible y conveniente, y tiene además otras ventajas. Permitiría invertir la naturaleza del instrumento volviendo a su esencia: los impuestos no serían objeto de materia penal o política, sino la retribución por la prestación de un servicio. Impediría, además, el uso político del poder tributario, lo que es siempre un riesgo. Así lo dijo hace más de un año el Consejo Parlamentario Europeo al objetar al gobierno ruso los procedimientos y argumentos de fondo que utilizó para expropiar al dueño de la petrolera Yukos aduciendo evasión impositiva. Es cierto que muchos países están usando tecnología para reforzar el monopolio estatal, y no para permitir la competencia. Igualmente en el pasado, emperadores y reyes se resistían a perder sus privilegios. Sin embargo, existen en el mundo países que fomentan más libertad y competencia. Ojalá Chile sea de los pioneros en este sentido. Revirtamos nuestro camino de retroceso hacia el oscurantismo y encaremos la senda del progreso.

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