lunes, enero 23, 2006

Simplificando los Impuestos...Andrea Repetto



Andrea Repetto del Centro de Economía Aplicada Universidad de Chile hace un análisis del tema comentado anteriormente en éste blog por lo que a continuación les detallo el aporte que ella hace al tema, más aún cuando ella se encuentra en la lista de las posibles personas que podrían integrar las caras nuevas a los cargos públicos del nuevo gobierno que asume en el mes de Marzo. La semana pasada Leonidas Montes explicó algunos beneficios de un sistema de impuestos planos, el flat tax, caracterizado por una tasa única y proporcional cobrada a todas las fuentes de ingreso. La idea no es una fantasía más de economistas excéntricos desapegados de la realidad: este mecanismo se aplica en países de Europa central y oriental, y se ha discutido en países occidentales como Alemania, Holanda e Inglaterra. Quisiera agregar un beneficio a la lista: la transparencia. Mientras más complicado sea el sistema más fácil (y tentador) es hacerlo más complicado aún. Al contrario, si el sistema tributario es en extremo simple, cada intento de enmienda es tan evidente que no puede escapar del escrutinio público. Un diseño institucional simple y estable -a diferencia de uno complicado y esclerótico, en el que nadie recuerda cómo y por qué llegó a ser lo que es- es una herramienta eficaz para limitar el poder de los grupos de presión.Los críticos dicen que un sistema tipo flat tax es regresivo: ¿por qué no cobrar más a los ricos que a los pobres? El temor a que este tipo de reformas empeore nuestra ya vergonzosa distribución del ingreso es, sin embargo, infundado por dos razones. Primero, porque existiría un tramo exento; es decir, las personas que ganan bajo cierto nivel de ingresos no tributarían, tal como lo hacen quienes hoy perciben menos de 425 mil pesos mensuales.Segundo, porque tal como lo demostraron Engel, Galetovic y Raddatz en un trabajo publicado hace unos años, en la práctica los impuestos tienen escaso efecto sobre la distribución del ingreso. Usando datos para 1996, los autores estiman que antes de considerar los impuestos, el 10% más rico de Chile gana unas 28 veces lo que gana el 10% más pobre. Después de descontar las tributaciones, esta razón se eleva a 29. En concreto, los impuestos empeoran ligeramente la distribución del ingreso. ¿Qué hay detrás de esta anomalía? Una parte puede deberse a algunas en nuestro sistema que permiten la elusión, sobre todo en los tramos más altos. Sin embargo, el motivo más importante es que nuestros impuestos combinan el IVA, que es regresivo y que recauda una fracción importante del total, con el Impuesto a la Renta que es progresivo, pero que recolecta relativamente poco. Así, mientras el quintil más pobre destina alrededor de un 15% de sus ingresos a pagar impuestos, el quintil más rico dedica un 12%. Enfrentados a esta realidad, los autores muestran que, al menos en el corto plazo, reemplazar el sistema de tasas marginales crecientes al ingreso -cuya máxima era de 45% cuando el trabajo fue escrito- por una tasa pareja del 20% dejaría prácticamente intacta la distribución de ingresos.Dada la pasión con la que se discuten el nivel y estructura de los impuestos en nuestro país, el flat tax es una propuesta demasiado radical. Sin embargo, es ineludible que simplificar el sistema generaría ganancias importantes en menores costos de administración y menores incentivos a eludir y evadir. También haría más difícil introducir exenciones que favorecen a grupos de poder, privilegios que suelen quedar fuera de los ojos de la ciudadanía cuando el sistema es complicado. Asimismo, simplificar el sistema no tiene por qué llevar a menores ingresos fiscales, como lo demuestran algunas experiencias de reforma, en particular Rusia y Eslovaquia. De acuerdo al FMI, la mayor recaudación rusa tiene mucho que ver con un mayor cumplimiento, lo que apunta a la importancia de la simplicidad. Que sea sencillo, no significa que no sirva. Por último, un gasto público eficiente y bien focalizado ha probado ser un instrumento más eficaz que los impuestos para mejorar la distribución del ingreso. El trabajo citado muestra también que mientras la distribución antes y después de impuestos es prácticamente la misma, luego de considerar el gasto público la razón de ingresos entre el decil más rico y el más pobre cae de 29 a 14 veces. Luego, para favorecer a los grupos más vulnerables de la población, el gasto social es una mejor herramienta

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