lunes, diciembre 19, 2005

The World is Flat...(El mundo es plano)

¿Se imagina que un contador indio desde Bangalore le haga su declaración de impuestos? ¿O que en India o Australia les interpreten los exámenes radiológicos que se hizo acá en Chile?
Esto ya se está dando. Así, distintos hospitales de EE.UU., sin suficiente personal, están externalizando la interpretación de exámenes. A un costo mucho menor.
Reuters trasladó parte de su oficina de finanzas desde Nueva York a India, contratando primero 300 analistas, ahorrándose 6 veces la plantilla de personal. Cada analista indio gana el equivalente a $ 645.000 mensuales; cada neoyorquino recibe $ 3.441.000.
El auge de internet y las telecomunicaciones impulsan esta nueva era. El mundo se encoge y surgen nuevas formas de relacionarse.
Lo demuestra el periodista estadounidense Thomas Friedman en "El mundo es plano", (The World is Flat), elegido el mejor libro de negocios de 2005.
Por varias semanas el libro estuvo en el primer lugar en la lista de superventas de EE.UU.
Friedman, columnista de "The New York Times", analiza las fuerzas que desataron la globalización y que hoy transforman las estructuras económicas, comerciales y políticas. Éstas pasan de ser rígidamente verticales a ser horizontales. Colón quedaría boquiabierto: su mundo redondo se aplanó.
Friedman se inspiró en Bangalore, impresionado por la infraestructura ultramoderna y la riqueza del lugar, el Silicon Valley de la India. El gerente general de Infosys (la principal empresa de computación de este país), le demostró cómo la competencia ha hecho el mundo más parejo y plano. Esto debido al software, al correo electrónico, a las teleconferencias.
De hecho, sus reuniones de ejecutivos son siempre mundiales: algunos están ahí en la sala de mando, otros también, pero a través de las pantallas.
Para algunos es terrible: el desarrollo, la innovación y la generación de riqueza ya no se concentran en EE.UU., Japón o Europa; comienzan a difundirse.
Cada vez más profesiones e industrias están siendo sacudidas. Como la de los call centers, en que mujeres de India contestan llamados de todo el mundo.
Pero hay más. Por ejemplo, un empresario puede contratar hoy una "asistente personal remota", que trabaje desde la India. Ella le puede preparar sus presentaciones PowerPoint, asumir sus desafíos, proponerle soluciones y análisis. La diferencia de horario es un gran aliado: mientras usted duerme, su ejecutiva trabaja, avanza y deja todo listo para cuando usted llegue a su oficina en la mañana. Esta súper profesional puede costar entre $ 775.000 y $1.033.400 al mes.
Friedman plantea que pequeñas y medianas empresas y profesionales pueden competir desde países menos desarrollados, pero con infraestructura electrónica moderna y leyes que faciliten la competencia y no protejan monopolios.
Todas las sociedades pueden verse impactadas con este fenómeno de globalización. Unas se están interconectando, pero otras desconfían y se protegen, como lo ha hecho Arabia Saudita.
Distintas fuerzas -como la caída del muro de Berlín, internet y la externalización de servicios- han ido convergiendo, creando un nuevo campo de colaboración horizontal. Sin embargo, no todo es tan maravilloso. Esta interconexión ha permitido los ataques del 11 de septiembre y la guerra de Irak.
Los chilenos que han leído el libro se preguntan cómo poder participar en este juego. ¿Prestando servicios a países mientras duermen? O al revés, ¿contratando indios que desarrollen el plan de negocios para una empresa? Una siquiatra viñamarino, ¿no podría apoyar a deprimidos en Barcelona? Una oficina local de cálculo estructural, ¿no podría asegurar la solidez de la Freedom Tower en Nueva York?
¿Hasta dónde llegaremos?
Las escuelas de negocios de la India titulan 89.000 MBA al año. Una fuerte competencia se aproxima.
En 2004, se hicieron 100 mil declaraciones de impuestos estadounidenses desde la India y para este año se espera que esa cifra se cuatriplique.
Actualmente alrededor de 245 mil personas en la India contestan llamados de todo el mundo o llaman para ofrecer tarjetas de crédito y ofertas de celulares.
Una mujer india atiende los servicios de orientación a la gente perdida en Nueva York, desde Bangalore; el extraviado no necesita saber adónde está su guía.

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